
Fui la sombra aparente de un sol recién amanecido.
Fui la duna sencilla y honda en el desierto florido de lo improbable.
Crecí a ciegas y a escondidas mientras el alma se formaba sin remisión.
Las manos mecieron la cadencia del latido, y los ojos se brindaron el brillo.
Los labios desangraron la intención y el brote constante de pulso incansable derramó la pasión....