Desde que el pasado 15 de Mayo apareciera la revolución en su más carismático estado de reivindicación social, muchos somos los que nos hemos acercado y apoyado el movimiento, un movimiento necesario, porque el agua de este manantial estaba y está bastante estancada en la comodidad, el egoísmo y el capital.
Pero no es solamente una cuestión política.
Todos de una manera u otra y en sus diferentes entornos hemos protestado y luchado porque las cosas cambiaran, ya que no andan muy bien en estos tiempos.
Los flamencos lo hicimos el 4 de Marzo, en solitario, sin unirnos a más colectivos, porque veíamos la manipulación de los recursos económicos del sector y cómo las instituciones gubernamentales, más allá de favorecer a los artistas-trabajadores, se dedican a beneficiar a sus cercanos y sus propios intereses, consiguiendo enmascarar su farsa y creando unas circunstancias devastadoras para el sector.
Hablo del Flamenco porque es lo que conozco, pero esto es una insignificante muestra del grosor de la situación, ya que sucede lo mismo en cada una de las facetas de nuestra vida, nos dediquemos a lo que nos dediquemos.
Recuerdo que cuando hablaba de la precariedad laboral de los flamencos, del monopolio de los circuitos de trabajo, y las ayudas, la gente que me escuchaba, que no está en esta profesión, me decía. "Cómo todos y en todo". Cierto, nuestra sociedad se debe al control y monopolio del poder en manos de personas sin conciencia social que utilizan su poder para controlar el mercado, favorecer a amigos, hacerse más ricos y pisar a los demás. Esto a groso modo, pero más o menos así. Algo como sálvese el que pueda y me arrimo al sol que más calienta....
Sin embargo todo llega a una situación extrema, tan extrema que la gente dice basta. Aunque no sepamos muy bien cómo enmendar, cómo solucionar tantísimo agravio, o cómo encauzar los pasos. Pero llega un momento en el que hay que decir basta.
Y ahora hay que analizar y tomar conciencia. Porque las bases están, no se trata de luchar por conseguir privilegios de cero, se trata de utilizar lo que hay correctamente y evolucionar y mejorar lo que ya no funcione dentro del sistema.
No es el sistema lo que falla, para mi entender, es el propio ser humano el que se corrompe, y habría que hacer un analisis interno y un lavado de conciencia, porque todos y cada uno de nosotros podemos actuar de esta manera errónea en parcelas mucho más pequeñas.
Es la condición humana. A gran escala sucede lo que ahora estamos viviendo, pero en los micromundos particulares, esta indebida actuación la llevamos a cabo constantemente y no nos damos cuenta de que muchos critican lo que hacen ellos mismos en sus círculos.
Debemos empezar por nuestro pequeño entorno. La educación es fundamental y el respeto al prójimo, y esto nos llevará a que la cúspide de la pirámide esté sobre buenas bases y los principios morales en cada individuo asentados.
Yo he visto cómo humildes comerciantes que se sienten maltratados por el poder han abusado de su posición en otro ámbito. Es un círculo vicioso que hay que romper y habría que comenzar por este análisis fundamental.
Si la persona es recta y correcta en todas sus funciones todo funcionará...Pero no es así y con ello quiero decir que esta batalla es muy dificil de ganar. Pero no imposible.
Se podrán cambiar algunas leyes, conseguir algunos beneficios sociales, pero si no se modifica la conducta del ser humano y se hace más generoso con los demás, será cuestión de tiempo que todo vuelva a empezar...
Un ejemplo sencillo:
Cuando entró el euro, ¿por qué los comerciantes subieron los precios sin ton ni son??? Eso no fue culpa del Estado.
¿Por qué una cerveza que costaba 20 duros (60 céntimos) pasó a costar 1 euro (160 +/- pesetas)? y ahora ya está en 1,20, y así todo. Si sumamos los actos de cada individuo el resultado es este caos social y poco solidario donde cada uno busca su beneficio sin reparar en el otro, esté en el poder o en una distinta situación.
Esta pequeña reflexión me lleva a creer que sólo cuando cambie nuestra conciencia social cambiará el mundo a mejor...
"Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo indivisible." Gandhi
